Esta fotografía es un pequeño homenaje al signo zodiacal bajo el que ha nacido, Cáncer, el único regido por la luna, satélite tan ligado a la feminidad. No es que crea mucho en estas cosas, pero desde pequeñita me he criado con mi madre con conjuros para arriba, conjuros para abajo, tarot un día sí y otro también. Ligo mucho todo esto al hogar, a mi madre barajando con habilidad las cartas y echándolas concentradísima, disfrutándolo, convencidísima de que las cartas hablan. Muy brujeril ella. No se habían abierto todavía las puertas del paritorio, cuando escuché a mi madre decir, triunfal: “Ascendente Sagitario, Luna en Géminis, Venus en Tauro ¡Va a ser una seductora nata! Y muy cariñosa, familiar y hogareña”. Y con la cara aún muy pálida, me hizo sonreír.

Desde el primer momento en que me puse a idear fotos para fotografiar mi embarazo, concebí casi todos los autorretratos desnuda. Creo que en mi vida he vivido una experiencia tan salvaje y mamífera como la maternidad. La desnudez como punto de partida de la creación, en cualquier sentido.