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Pues seguimos con mi serie «Pinchar», esta vez con mis reticencias con los fluidos que emanan del cuerpo: orina, sudor, mocos, flujo vaginal, esperma, preseminal, saliva, babas… y bueno, todos menos las lágrimas (esto me ha quedado muy Drama Queen, reconocedlo). Enfocado a los fluidos que intervienen en el sexo, que a veces vienen a ser casi todos, la sexualidad se me hace incómoda. La sexóloga me ha dicho que me lo pienso mucho y no me dejo fluir, que si uno se centra en el placer, no se da cuenta de lo que sucede alrededor. Es curioso cómo para aceptarlo todo tienes que adoptar la actitud de un líquido: adaptarse, emanar, fluir, decantarse.

Esta fotografía tiene un toque de humor, buscando en algo tan rutinario como lavarse los dientes, con toda la espuma en la boca, un método de seducción.

P.D: Os juro por Madonna y las Madonnas que cuando me cayó la pasta de dientes en el pecho, se quedó en forma de corazoncito. Guille es testigo. Esto es una señal, lo sé.