Te pones a esperar a que la niña crezca, y así volver a dedicarte en cuerpo y alma a la escritura y la fotografía, «Cuando sea más mayorcita podré volver a editar sin prisas, sin quitarme horas de sueño y sin sentirme culpable porque mientras edito los baños están sucios y te espera una montaña de platos por fregar». Bad mother. Te pones a esperar a que el otro cambie. «Un día entrará por la puerta y será el mismo de siempre. Sonreirá, me dirá algo bonito y le brillarán los ojos al verme». Esperas a que te toque la guitarra en el pecho para toda tu vida, «Ya si eso recojo las bragas del suelo el año que viene». Esperas morir joven, «Durmiendo la siestecita, bajo un nórdico un día de lluvia y tormenta». Esperas, por esperar, a que los malos acontecimientos acaben. «2020 será mi año. 2020 me lo como con papas. En 2020 remonto y acabaré con años de sufrimiento». Los cojones. Piensas que en un futuro podrás vivir dignamente de tu fotografía. Que las Galerías son los Reyes y los príncipes azules te sacarán de ser más pobre de las ratas y de mendigar dinero a tu pareja. Esperas un futuro respetuoso para los animales «Viviré para ver el fin de la tauromaquia, la caza, los zoos y los circos. Vivo viendo cómo el veganismo le va comiendo terreno a la Industria cárnica. Pal año que viene habrá 10 restaurantes veganos en Sevilla». Por esperar, vivo pensando que también viviré cómo se alza el proletariado y tumbamos la monarquía, «Ni República ni Democracia: personas… digo, anarquía». También piensas que estás bien tal y como estás con tus amigos, que no necesitas ni uno más, ni uno menos. Esperas que la Milka te dure toda la vida a pesar de las múltiples visitas al veterinario en los dos últimos meses, «Esta es una perrita pequeña. Los perritos pequeños tienen un mayor promedio de vida, qué va a ser viejita con 10 años». Espero poder dejar las pastillas y dejar de vomitar porque has comido demasiado «Y entonces volveré a boxeo y cogeré toda la masa muscular que necesito para darle al saco. Iré al gimnasio con energías y sin vivir adormilada». Esperas que pase el verano… y cuando pase te angustiarás porque ya quedará menos para que vuelva el siguiente, «Con suerte este invierno nieva». Esperas a que un día al jardinero de tu urbanización le caiga un Stuka encima y puedas dormir feliz por las mañanas sin ataques de ansiedad, «Algún día escucharé las trompetas de jericó sobre su cabeza con cascos». Esperas que un día entre Robert Pattinson por tu puerta dispuesto a dejarte en un polvo con los ojos viraos p’atrás. Y detrás Viggo Mortesen, que tras tres encuentros mirándonos fijamente a los ojos, seguro que cae. Fijo. Esperas que los EEUU retome su honorable tradición de asesi*** a presidentes. También que dejéis de ver la tele, «Con suerte boicotean todas las cadenas y sólo ven documentales de naturaleza y animalicos». Esperas que tras más de 10 años luchando contra la censura en RRSS, algún día podrás enseñar todo tu cuerpo sin que sea considerado pornográfico, ni sucio, ni indecente, ni ofensivo. Esperas la nueva normalidad que a ti te salga del coño. Y mientras tanto, el presente, que es lo único que existe, o te devora y destruye en lo peor de sí mismo o se te escapa de las manos en lo mejor que te oferta. Mi hora no está en el reloj. Me paseo laberínticamente en el tiempo. El pasado en angustia. El futuro me da ansiedad.