Voy a saltarme la parte sobre qué me parecen estos lugares. Llego antes para preparar un tinglao de ilusión para que Luz, que es inteligentísima, no se dé cuenta de lo que nos están haciendo. Una mesa sobre la que despliego una tela transparente para hacer bajo ella una casita. En el suelo, una manta agradable rodeada de lucecitas de colores. Pongo un caminito de folios, despliego todas las pinturas, la muñeca rusa, los puzzles. Y pongo música. Su favorita, la que pone en bucle. Me preguntan si le he traído un regalo y le dije que sí: a su madre. La espero. Entra por la puerta y se queda alucinada «Mamá ¿qué hacemos aquí?». Mira con desconfianza a la terapeuta que anota en un cuaderno vete tú a saber qué. Le digo que yo estoy allí porque tengo muchos lugares para jugar, que es increíble que su papá haya descubierto ese escondite mío. Lol. Se mete cual gatito bajo la tienda de campaña. Le digo que esa señora es mi amiga y está escribiendo un cuento sobre nosotras. «Te voy a pintar como a Bowie». Es alucinante. La última vez que le leí su libro para niñes de David Bowie fue en Septiembre. Intentó hacerme el rayo en ojo, de color azul. Mientras, tarareaba de fondo: «Ch-ch-ch-ch-changesTurn and face the strangeCh-ch-chanGES!!!».Lo flipo. Wanna cry. Se acuerda de todo.Bailamos nuestro vals, la gallinita ciega, le hago cosquillas hasta que suplica «!!!Yaaaaa, ayyyy, mamá, yaaaaaa!!!». La terapeuta se ríe varias veces. La risa de Luz es imán y adicción.»Luz, te tienes que ir», le dicen. Pregunta que por qué, que ella se quiere quedar. Es ahí donde me doy cuenta de que he conseguido que algo muy turbio sea una fantasía para ella. Se resiste a irse, como todas las veces que nos separan. No es que me alegre, pero por mucho que lo intentan, nuestro vínculo parece inquebrantable.Ya sin ella, recojo todo con el nudo en la garganta, me llevo sus dibujos como oro en paño. No me deja verla. No sé cuándo la volveré a ver, no sé nada de ella. Salgo descompuesta. Pero me pasa como con la Luz: que se descompone en colores. Esa es la magia de mi hija. Fotografía realizada nada más salir de ese lugar.