Copias disponibles en varios tamaños.
 
En el norte de Islandia estuvimos en la catarata Kolugljufur kolugil  que transcurre por un cañón de infarto. Os voy a contar un secreto: a mí las cataratas me dan algo de fobia. Me acerco con recelo, como un animalillo medio asustado, medio curioso. Guille decía de acampar por allí cerca, pero ni hablar, que me vuelvo loca. No obstante, hice esta foto. Se trataba de un agujero horadado antaño por el agua. Detrás, estaba la enorme cascada tronando en mis oídos. Esta foto es un ejercicio de concentración, de equilibrio, de sentir la naturaleza en toda su potencia y violencia.
 
Cómo me gustaría imprimirla en grande ¡pero no sabría dónde meterla ya!