Ella es Helena Maldonado. Mi Hell-ena <3

Nos llevó a la playa de Cuesta Maneli, paraje que amamos profundamente. Para mí es una playa en la que he vivido muchas cosas, pero que también está muy ligada a mi trayectoria como madre. El día que nació Luz, ardió Doñana y también ardí yo. Una Leila murió en el paritario ese día. Andar por la pasarela que une el aparcamiento con la playa es observar un paisaje renaciendo tras 8 años. Reconstruyéndose al igual que lo he hecho yo, creciendo a la par que mi hija. Perdí la cuenta de cuántas veces le pedí amparo a ese mar, para empezar a contar la de veces que voy a presentarle a mi hija, de la que tanto le he hablado.

No tenía pensado hacer ninguna foto, porque de momento, los colores de la playa en verano no es lo que estoy buscando exactamente, pero acabé haciéndole una sesión de fotos hermosísima a Luz y unas pocas fotos a Helena en el agua. De fondo, mi hija gritaba «¡Sois las dos iguales! ¡Pero iguales! ¡Las dos haciendo fotos raras!». Luego juntamos a nuestros hijos y se miraron con una complicidad en los ojos que decía «Igual de zumbadas, igual de divertidas, igual de intransigentes, igual de anormales, igual de neurodivergentes. Pero habrá que quererlas igualmente porque es lo que nos ha tocado».