¿Veis ese hilo que brota de mi boca? Es la bilis. No pensé, ni por un solo instante, dejarla dentro del cuerpo. Tenía que salir en una foto, en mis tan olvidadas dehesas lamidas por un viento fortísimo: el día estaba enfadado. Yo abrí la boca para que el viento golpeara mi estómago y regara la tierra húmeda con mis entrañas. Quiero trigo a cambio de tripas.
Como algunos sabéis, estuve en el hospital el sábado (no os preocupéis por mí, estoy bien) y encima Luz, cada vez que tose, vomita por las flemas. Ahora en mi casa huele todo a vómito. Hago todo y nada: fotos y lavadoras, cuidados y fregona.