Se siente raro volver a ser yo misma. Estoy consiguiendo un ligero retorno a lo que era y se siente extraño, porque el proceso de revivir, habiéndome sentido muerta en vida durante años, ha sido lento y no exento de un enorme esfuerzo personal por mantenerme en el eje y encontrar mis actividades de paz y sanación. Sin embargo, hay cosas nuevas en mí en esta metamorfosis personal y espiritual, que espero que siga desarrollándose en el tiempo. Ahora escucho a mi cuerpo y a mi mente. Siempre he tenido una intuición espectacular, pero de qué sirve tener intuición si no la escuchas, ni cuidas, ni estimulas. Caeré muchas veces en el error por no diferenciar trauma de intuición, por no saber diferenciar imaginación de intuición. Pero ahora estoy atenta, muy atenta. Lo que no veo en la cartomancia, las velas, péndulo, runas, animales o plantas, lo veo en sueños. O dejo de dormir, o me dan taquicardias de la nada o quiero llorar. O al contrario, quiero reír, tengo más humor, me apetece salir a la calle y dar paseos largos, leer y mi atención se agudiza, de tal manera que llego a unos puntos de concentración que sólo de adolescente tenía. Esto no es un don, todo el mundo lo tiene, nacimos con ello, lo que pasa es que vivimos en una sociedad que no cree en nada que la ciencia no demuestre. Como si la ciencia lo hubiera demostrado todo a fecha de hoy. Como si lo que hacían las brujas hace 500 años, no fuera ciencia a día de hoy. No creemos en nosotros mismos, cuando quien cree, crea. Y quien cree, escucha y se escucha. En medio de la oscuridad en la que he estado sumida durante años, he virado el ojo hacia dentro y aunque la mayoría no se lo crea, he sido capaz de visualizar casi todo acontecimiento en mi vida o en la de mis seres queridos, todo a base de interpretar lenguaje energético y señales. No creo que el futuro esté escrito en piedra, porque desde el primer momento en el que vaticino algo, sé que en la mayoría de los casos lo puedo evitar… o no. Lo mismo quiero que suceda. Al creer en mí, he conseguido asumir la responsabilidad de crear mi propia realidad.