Modelos: Mara León y yo.
Hace muchos años que conozco el trabajo de Mara León. Hasta donde me llega la memoria, recuerdo que expusimos juntas en «Mínimos», comisariada por Ciuco Gutiérrez. Más adelante el mismo Ciuco me regaló un espejito hecho por Mara, ese donde tenía que mirarme si alguna vez me sentía perdida, alejada de mí misma. Más tarde vino Mara, con un potentísimo trabajo como artista y activista, que me cautivó. Y lo hizo para siempre. Mara León vino al mundo de la revolución para quedarse. Tuve la inmensa suerte de impartir una charla en Sevilla en el Proyecto Kipindo. Su ponencia me dejó tan abrumada que no fui capaz de moverme para participar en la preciosa de Cristina Pérez de Villar. Demasiao entre yo y Mara. En estas que se me encendió una lucecita; «¿Le pido hacer una foto, aunque sea corriendo?». Lo hice. No sé cómo, pero se lo pedí y lo hice. Y aquí aparecemos las dos, unidas, entregadas, sostenidas, en un diálogo de lo que supuso la unión de nuestros mundos. Esto pasa cuando una resiliente se choca con otra resiliente, que se oye como una explosión, que la siento como un temblor bajo mis pies. Gracias, Mara, por venir a mi vida para quedarte. Convergeremos. Volveremos a converger en este gremio tan enrevesado para trabajar nuestras cenizas.
Gracias a Sandra Melgar por organizar todo esto, ¡y por ser la que estaba disparando la foto! Gracias a los que me sostuvieron para no caerme en este pequeño malabar. Gracias a quienes nos dieron tanto aquel 11 de noviembre.