Modelos: Autorretrato con mi hermana Emma Martins Amat.

Lo peor era el hígado. Recuerdo las camidas con hígado de ternera eternas y nauseabundas. Ese filete enorme y oscuro me esperaba. Ese olor mientras lo freían. Me lo comía con toneladas de ketchup y picante, para anular aquel sabor, aquella textura medio pastosa. Pero no siempre podía con todo, así que me esperaba para desayunar. Y el mismo circo con salsas y picantes, entre arcadas. Tampoco me gustó nunca la zanahoria. Es absurdo, de hecho, ahora me la como, pero me sigue sin hacer gracia. En bizcochos me fascina (no soy lista, diréis :P). Recordadme que si algo no le gusta a Luz bajo ningún concepto, no insista.

Uno de los mayores traumas que tuve de pequeña es que me forzaran a comer aquello que no me gustaba. Comía poco, eso sí. Pero prácticamente de todo, desde menestra de verduras, hasta fruta.

Lo siento. No os lo puedo contar todo. Pero para eso hago fotos. Menos mal.