Dadle la vuelta a la carta. La que quieras. Para hacerlo necesitarás convertirte en un millón de versiones de ti misme. O requerir la fuerza de cinco bueyes, veinte caballos, diez mulas y amarme más que a tu vida.
Dadle la vuelta a la carta. La que quieras. Para hacerlo necesitarás convertirte en un millón de versiones de ti misme. O requerir la fuerza de cinco bueyes, veinte caballos, diez mulas y amarme más que a tu vida.