Esta es una de las fotografías nacidas a raíz del Taller de Eva Sala sobre Fotografía, Mujer y Resiliencia. Empiezo por la peor imagen: si representara fotográficamente la no resiliencia. Es como cuando me da por ser una mierda. Un fake. Una estafa. Un ser atemorizado, lleno de terror, paralizado. Es el abandono total de uno mismo. Es dejar de retener todo lo que contienes: mocos, lágrimas, orina, entrañas. Y porque no se me derrama la sangre. Porque es como si te derritieras. Es depresión. Es miedo a quedarse sola, como un perrito con ansiedad por separación. Es querer morirse ya de una vez. Es sentirse tan perdida que no sabes ni quién eres. No sabes ni hablar. Te da tal bajona que la candidiasis te invade la vagina, la boca y el esófago. Te salen herpes. Y no te perdona ni el señor porque eres madre. Es miedo a que yo os esté contando esto y venga alguien a llamar a los servicios sociales y me quiten a mi hije. Porque quién quiere a una madre así. Quién puede querer a una persona trastornada sin abandonarla, sin subirse a su agujero negro.

La cara b de esta foto os la enseño el domingo: lo que es para mí la resiliencia.

Sí, este viernes empiezo nuevo psicólogo. A ver si no me estafa ni me abandona. Tengo un serio problema con el abandono y la soledad. Tengo pánico absoluto a volver a caer en una depresión como la de hace 8 años. Porque no sé si voy a salir.