Estas fotografías las hice con Helena Maldonado en Niebla, en un lugar que fue hogar, refugio y libertad para ella. No paraba de darle vueltas a las fotos y ha sido aquí en Galicia, junto a otra amiga, cuando les he dado el visto bueno. Por un lado quería jugar con las imágenes, por otro dejarlas tal y como estaban. Sonia me dijo que les faltaba agua. Sabía que tenía que darles vueltas con una gallega para que les diera lluvia. Gracias, amigas, por darme estas fotos. Hoy cuando salía de casa de Sonia me preguntaba si me dejaba algo: «Lo importante lo llevo en la cámara», le dije. Y es que es verdad. Todo lo bonito lo puedo gozar y revivir meses después. Gracias por estas mareas muertas que ni subían, ni bajaban. Ha sido un verano estable. Pero ahora me toca entregarme a lo más profundo del mar.