Modelo: Emma Martins Amat.

Ese día íbamos a hacer fotos a un parque que estaba al lado de su casa. Pero empezó a llover. París estaba tomada (justa y legítimamente) por los chalecos amarillos, así que decidimos quedarnos en su bonita casa. Viajar a París para no turistearla. Viajar a París para pasar el tiempo en un cuarto, ella, yo, nuestras circunstancias, esa estufa pegada a la cama. Desde su ventana se veían las hojas naranjas, amarillas, rojas, hasta caer la noche y devolvernos el reflejo de nuestros rostros, la luz de la lámpara. Viajar en la quietud, siendo consciente de tu punto en la geografía del planeta. Yo no hubiera pedido más. Me gusta viajar así, pasar tardes en hoteles, pasar tardes en cafeterías, charlando, haciendo fotos, cocinando con productos que no hubieras usado en la vida. Esos pepinillos con semillas de mostaza…

Emma, por todas esas tardes de música, charlas, lluvia, hojas y fotos. Cuando el viaje no va destinado al turismo, sino a la compañía.