«Cortémonos los cabellos, cortémonos pues, las manos, desfiguremos los rostros con la sangre que emanemos. Pongámonos horrorosas y así no querrán llevarnos, no querrán tomar favor si el cuerpo desfiguramos», clamó la mayor a sus compañeras de confinamiento.
Leonor, Lucía, Laura, Eva, Isabel, Yolanda e Inmaculada. Así se llamaban estas 7 doncellas de Simancas que, en repudio a un tributo Real en el año 738 en el que se las donaba como como pago al califa, se cortaron las manos. En concreto dicen que la izquierda. Cuenta la leyenda que al ver a las siete doncellas con la mano mutilada, Abderramán II, el emir de Córdoba, se pronunció: «Si mancas me las dais, mancas no las quiero».
Puede que estemos en la cuarta oleada feminista. Puede que no hayamos ni salido de la tercera. Pero siempre hubo feminismo, siempre hubo mujeres que demostraron resistencia a ser mercantilizadas, cosificadas y esclavizadas. Esta foto va dedicada a todas las mujeres de la historia que se resistieron, porque llevan siglos ahí, abriendo senderos, abriendo caminos, para que nosotras ganemos en igualdad de derechos y justicia. Somos un género potente y poderoso. Siempre lo hemos sido.