-«Luz»

– «¿Qué?»

– «Te amo»

«Ya me lo has dicho miles y miles de veces, te quedan otras mil diecinueve y si las gastas todas, mañana se te recarga con infinitas veces más».

La amo. El otro día la abracé en el salón, con las luces apagadas, mientras veíamos una tormenta eléctrica en el horizonte. Te amo con sueño, como cuando no pareces una niña sólida, sino más bien una pequeña humana derretida, líquida en mis hombros, mientras tu cabello se escurre por mi espalda. Te amo enfadada, terca e iracunda, en tus gritos de rabia, en tu llanto infantil cuando buscas refugio en mis brazos, porque te has tropezado. Pienso que cuando de mayor te tropieces, quiero seguir abrazándote igualmente, amortiguando el dolor de tus caídas. Te amo desobediente, aunque a veces clamo al cielo cuando he repetido tu nombre en 20 tonalidades diferentes. Te amo desobediente porque a les niñes a veces hay que educarles en la desobediencia, sólo un poquito, para que de mayores no permitan que nadie les someta. Te amo cuando me das besos en las manos, en la cara, en el pelo. O en la oscuridad, por la espalda, con los morros llenos de helado o con los labios secos y descarnados. Te amo libre, yendo de allá para acá, libre en tus palabras, pensamientos, deseos y querencias. Te amo, por supuesto, en tu fortaleza de vieja en un cuerpo demasiado joven. O de adulta en una niña a la que no han permitido ser niña. Te amo cuando a veces siento que no puedo con las circunstancias y me levantas. Una tarde lloré inmensamente porque no te quería entregar. Al salir del Uber te derretiste en mis brazos, pero por el camino al PEF me miraste y yo recibí tu rostro con una amplia sonrisa. Te sorprendiste, «¿Lo ves, mamá? ¿Es que no te das cuenta?» Tus manos me aferraban la cara, todavía húmeda, «Si tú sonríes, yo sonrío, si tú eres fuerte, yo también». Y desde entonces se ha convertido en un mantra mutuo. Te amo en la libertad de sentir lo que quieras, de ir donde quieras, de pensar lo que quieras. Eres inmensa y amable. Amable del verbo amar. Te amo salvajemente salvaje. Te amo salvajemente, salvaje. Feliz cumpleluz,

Mamá.