Modelo: Minerva Romero.

Esta fotografía fue realizada en el taller que he impartido en Donostia, en la SFG (Sociedad Fotográfica de Guipuzkoa), a una velocidad apremiante (2 minutos) porque la pobre modelo se nos estaba helandoy yo siempre me dejo la última para disparar. En realidad, fui yo quien más la hice sufrir. Termino haciéndole a mis modelos exactamente lo que me hago a mí para realizar mis fotos. Minerva, metiéndose en aquellas rocas frías, cubiertas de musgo fresco, lamadidas por un pequeño riachuelo. La sentí como un arroyo más, como un fluir cálido sobre la piedra, un animal impermeable que dispensa calor a pesar del vendaval, de los contenedores cruzados, ramas rotas, andamios caídos, calles, parques y playas cortadas, tejados pelados por rachas de viento superiores a los 150 km/h. Su cuerpo luminoso dispensando luz, un remanso de paz después del caos más absuluto, donde todo yace herido.

Es además mi primera foto editada en directo. Mi primera edición verbalizada. La primera vez que hago esta locura. Y lo llamo locura porque para mí la edición es un proceso muy íntimo. Yo me pongo con mis cascos de música, vacío la mente y me centro en casi en cada uno de los píxeles de la foto, casi sin pensar, gozando todo detalle y experimento. Y allí estaba yo, explicando secretos a un alumnado súper dinámino y respetuoso (in love con vosotros).

¿Hacia qué punto de España me llevará mi próximo taller? Me dan la vida. Ojalá mi ciudad, Sevilla. Ojalá Galicia. Ojalá Barcelona, que me lo pedís mucho. Prometo entregarme toda. No porque me cueste, sino porque no sé hacer las cosas de otra manera en esta vida.