Modelos: Dara Cuervo y yo.
Lo mataron. Lo mataron y se fueron a lavar al río, sin desprenderse de los ropajes ni la culpa. La culpa y el miedo quedaron en la otra orilla. Mecidas por el agua se balanceaban las lobas. Jamás volverían a pasar frío.
Gracias a Alberto S. Anaya por ayudarnos a hacer estas fotos y gracias a Dara por enseñarnos un rinconcito tan espectacular e impregnarme de su inspiración.