Un pájaro tan solo
canta.
El aire multiplica.
Oímos por espejos. F.G. Lorca.

Llevo años con el esternocleidomastoideo dolorido. Es muy fácil que cada dos meses tenga que acudir a un fisioterapeuta para que me amase. Hago ejercicios que parecen una danza. Mi hermana Mónica, que es fisio, me dice que haga el juego de seguir mi mirada y detrás de ella todo mi cuerpo «Es como si tuvieras delante una mosca» y me pone el dedo delante como una mosca «y tuvieras que seguirla con los ojos y tras tus ojos, le sigue el cuerpo». Me pareció increíble que tuviera que bailar para sanar una parte de mi cuerpo. Sonia me vio mirarme al espejo, juzgado, una y otra vez mi cuerpo, que tan bien se porta, que tan bien me sostiene, que tan bonito es. «Espera, ¿me dejas la cámara? Es que estás para foto. Yo sólo te propongo, luego si no te gusta no pasa nada». Me encanta cómo me miran los que quieren. Me encanta cómo me quieren mimándome y cómo me miman queriéndome. Ellas, mis pájaras, cantando y luego los espejos me devuelven su canto lleno de bondad y sanación.