A ver cómo lo digo. Que os quiero. A las amargadas y a las infelices. A las locas, a las neuras, a las histéricas, a las que gritáis. A las que gritáis llorando, con la escoba en mano o los brazos en jarra. O implorando al cielo. O golpeando con los puños el suelo. Os quiero. A las que perdéis la vida por suicidio, porque pensáis que los hombres pueden con vosotras. A las que lidiáis con las drogas psiquiátricas y no podéis soltarlas. A las que aparecéis con cara de culo en eventos sociales, a las que no les sale del coño dar dos besos para saludar, a las que no reís las gracias mientras todo el mundo ríe en la mesa, a las que ponéis mala cara a quien hay que ponérsela. Dientes, que es lo que les jode. Pero de perras rabiosas, nada de sonrisas. A las Miércoles de la vida, a las bordes, que estamos en boga. A las odiadas y vilipendiadas. Os quiero. A las iracundas, a las que tenéis muy mala hostia, a las enfurecidas, a las que dicen que NO dando un portazo. A las que los echan de casa. O a las que no los dejan entrar. Os quiero a las que, entre copas de vino, ponéis de vuelta y media a vuestros maltraradores, que faltaría más. A las exs terribles, temibles y zumbadas. A vosotras, a las maleducadas, os quiero. A las que no perdonáis y os vengáis. A las quejicas y a las que no lo tenéis superado. A las madres deprimidas que no tienen ni tiempo ni de ponerse rímel para que se les corra. Os adoro. A las arrestadas, a las apaleadas por la policía, a las que no profesan ni reconocen el Sistema Judicial ni ningún sistema jerárquico y autoritario. Os quiero. Os quiero porque cobráis y seguís pataleando. Me encantan las que joden cenas familiares. Quiero, muchísimo, a mis brujitas con las uñas sucias de enterramientos y los muebles medio quemados por rituales. Malas mujeres: os amo.
Todo mi apoyo a Shakira, pero sobre todo a mis amigas, mujeres terribles donde las haya. Os quiero, mis bestias. No me decepcionéis y no cejéis en vuestro empeño de hacer bestialidades. Las mujeres salvajes sólo sabemos hacer salvajadas.