Siempre que viajo a una ciudad, procuro ir a uno de sus cementerios, me transmiten una enorme paz, siento estar en un lugar culminante, de fin de ciclo. Recuerdo una vez que se me pasaron las horas en el cementerio de Père Lachaise en París y cuando me di cuenta, ya era de noche y me habían cerrado las puertas. Me encontró un guarda y me dijo «Pero chica, ¿no tienes miedo aquí?» Y yo le dije que probablemente los cementerios eran los lugares donde menos miedo siento.

Para esta foto, íbamos de camino al Museo Nacional de Reykjavík, pero atravesando el cementerio se llegaba antes, ¡qué dicha la mía!

Para realizar esta imagen me he inspirado en la obra de mi amiga Irene Cruz y en la serie de «Your branches/ my bones» de Dara Scully. Las tuve muy presentes en ese viaje <3