Esta fotografía me la hizo mi madre tras volver a casa el día del Juicio de mi divorcio, el 8 de julio del 2021. La fotografía siempre como canalizador de todo lo que no me cabe dentro. Francisco Jervás. G.M.L ríe y habla animadamente en una sala lateral. Yo estoy en el pasillo escribiendo todo lo que veo y escucho. En la sala de juicio se escuchan perfectamente las negociaciones entre mi abogada, su abogado, la fiscal y la jueza. Lo transcribo todo a gran velocidad. Escuchar lo que se dijo dentro me es tan traumático que se me ha olvidado, pero lo tengo guardado. Esto no va sobre si soy un peligro o una loca para mi hija. Quieren varias cosas que tengo yo a cambio de mi hija, desde el principio. Si no accedemos a las condiciones, no hay pactos. Ni días, ni horas con la niña. Mi procuradora también les estaba escuchando y notaba la seriedad en su rostro, en contraste con la charla alegre a pocos metros. No recuerdo ni cómo iba vestida, pero sí que iba «formal». De hecho en la Sentencia se me llama «Sra. Amat»y a él «El progenitor». Nosotras tenemos que ir como señoras, tatuajes totalmente tapados. Bien vestidas y peinadas. Finalmente se consideran amorales e inaceptables sus condiciones. Y entramos a un juicio donde ya estaba prácticamente dictada la sentencia. Casi 1000 folios, hasta cartas de G.M.L escritas de puño y letra. Recuerdo la frialdad de G.M.L y las mentiras con titubeos a veces y otras sin titubeos. Las que eran muy gordas, frente a las preguntas de mi abogada, lo dejaban unos segundos en silencio. Fueron un par de veces en las que le dije que como siguiera mintiendo se le iba a caer la lengua. No sé ni cómo no me callaron. Sopongo que para darme la hostia en la Sentencia. Para qué. Que pataleé la histérica, la Casandra. Quizá porque ni yo ni mi abogada fuimos escuchadas. Yo hablaba y me interrumpían todo el tiempo.
Era un Juicio basado en dos horas de psicosocial, donde asumen que se dice la verdad. Un ejemplo claro fue cuando llamaron a la psicóloga y a la trabajadora social para compadecer. Los tartamudeos cuando se les preguntó por mis altas médicas y si habían contactado con mi psicóloga y psiquiatra fueron tales que, junto a un informe brillante del Punto de Encuentro, la fiscal pidió que se me sacaran de allí. No obstante, el látigo del Poder Judicial fue duro. Pérdida de custodia: en vez de cuatro horas al mes encerrada y vigilada, verás a tu 4 días al mes sin pernocta. Podría daros más detalles, pero es traumático para mi. Ya habrá tiempo para detalles.
Mis padres, abogados, siempre dijeron que la Justicia no existe, sólo gana la parte más cabrona. Aun respaldada por una familia de juristas, voy con una abogada cuya ética es la Verdad por delante y con pruebas. La otra parte no tiene escrúpulos, es la filosofía a la hora de defender clientes que mis padres siempre reflejaron. Veía a G.M.L en el jucio y no daba crédito a cómo he podido tardar 10 años en darme cuenta del calibre perverso de su persona. Del monstruo con el que engendré una Estrella. Si me llegan a decir antes de tener a Luz que tendría que pasar por prácticamente todo tipo de violencia que se puede ejercer sobre una mujer diría que lo pasaría una y mil veces más. Pero si le preguntaran a Luz, no sé qué respondería. El otro día me fue entregada con la columna vertebral, por la parte baja, amoratada, raspada y contusionada. Se veía la inflamación vértebra por vértebra. Entragada un domingo con unas ojeras hasta los pies, la tuve en brazos dormida sobre mi hombro, sentada en las escaleras del metro, casi una hora. Le cantaba, le cantaba y le cantaba. Es cantarle y me encarno en Orfeo. Al despertar «Mami, no me sueltes de aupi». Me tiemblan los brazos flacos bajo sus casi 15 kilos. «No, Luz, mi amor, tu mamá no te va a soltar nunca». Y volvía a reposar tu cabellera rubia sobre mi hombro.
Esto es sólo lo poquito que puedo contaros tras esta foto. Pero tras esta foto, hay un libro. Sacarla adelante ha sido como parir quintillizos, me estaba impidiendo editar todas las fotos que tengo atrasadas. Ya queda abierta la vereda en mi alma como persona y artista. Me lío mi dolor en una foto. Y me la fumo.